
Cuando hablamos de los humanos según el diccionario: un humano es relativo al hombre: el linaje-(ascendencia o descendencia de cualquier familia); la inteligencia humana. Compasivo, generoso.¿Quién dijo que los seres humanos son generosos? ¿Te haz dado cuenta que cuando estas en tu auto frente al semáforo y por cualquier razón un drogadicto se detiene frente a tu cristal delantero qué actitud demostramos? Entonces ahora me pregunto ¿Eres compasivo y generoso?¿Cuál es el primer mandamiento?Amar a tu prójimo como a ti mismo. ¿Lo hacemos?A veces ofendemos a la persona que menos queremos, quizás porque simplemente tenemos un coraje y es más fácil desquitarte toda la carga con tu ser amado que demostrarle a la persona correcta el coraje que sientes. ¿Esto es justo? No, pero en la mayoría de las ocasiones esa es la reacción. El peor error que se puede cometer luego de ofender a la persona ha quien queremos es no tener el valor de pedirles perdón, ya que si tanto amamos a la persona no debemos pensar la decisión de enfrentar el error y pedirles perdón de corazón. A veces la vida es injusta con las personas, en algunos casos es que no somos conforme con nada ni con nadie y esto es un poco fuerte decirlo, pero francamente pienso que hay personas que cuando realizan ofensas continuamente es porque no se sienten amadas ellas mismas y solo quieren mortificar o hacer sentir mal a la persona que esta a su lado (madre, padre, hijos, esposo, amigos entre otros). La vida es como una tómbola todo el tiempo esta dando vueltas haber que ocurre. Es como la ruleta rusa, hoy estamos bien, mañana no sabemos. En la vida nos enfrentaremos con obstáculos, en algún momento cometeremos errores, discutiremos con las personas que amamos, y todo esto es gracias a ese Ángel caído que le llamamos diablo, que tiene esa misión en esta tierra. Sólo falta que tu te dejes dominar, vas ha permitir que se coloquen barreras en tu camino, prefieres sufrir. Si tu contestación es no, decídete a ser una persona diferente, especial, generosa, bondadosa, tierna y sobretodo muy amorosa con tus seres queridos, ya que son las únicas personas que te aman por lo que tu eres. Son las que te escuchan cuando más lo necesitas, las que te apoyan en los momentos de tristeza, las que te desean lo mejor del mundo y las que te quieren porque simplemente tú eres parte de su linaje.Un ejemplo de una situación que puede surgir para que OFENDEMOS A QUIEN QUEREMOS:La mayoría de las personas trabajamos y le dedicamos aproximadamente ocho (8) horas o más en nuestro empleo. Esto quiere decir que pasamos mucho tiempo con un grupo de personas que tienen tareas asignadas. El ámbito laboral no es fácil y en ocasiones el ambiente puede cargarse con situaciones que suelen ser un tanto incomodas y pueden provocar la molestia o disgusto de algún compañero en particular, ya sea porque no se pudo cumplir con las metas establecidas, la persona que tenía que hacer algo importante lo dejo para el día siguiente, le echaron la culpa por algo que no te competía, en fin en esas horas pueden pasarte un sin número de situaciones difíciles. Que pasa después que salimos del trabajo se llega al hogar con mucho estrés porque quizás no tuvo el mejor día, y no pudo hablar con su jefe para discutir lo que sentía, y es hay donde pueden surgir las ofensas a quien queremos, (madre, padre, hijos, esposo, entre otros), pero sin darnos cuenta estamos cometiendo el peor error del mundo, ya que no estamos desahogándonos en el lugar correcto y posiblemente de la peor forma. Las situaciones de este tipo pueden causar problemas muy significativos, usted puede dejar de ser afectivo tanto en su trabajo como en el hogar y siempre paga el menos que tiene culpa. Esto es un tanto injusto porque si usted lo que busca es comprensión debe comportarse con su familia de forma más tranquila, y no puede complicar más los problemas ofendiendo a la personas que más amas en la vida. Lo correcto es buscar el momento apropiado para acercarse a su supervisor inmediato y hacerle saber la razón por la cual usted se siente incomodo, de manera que se pueda descargar y volver hacer el mismo. Esto le ayudara tanto en lo profesional como en lo personal. Lo más importante es que las personas se sientan la mayoría del tiempo feliz, porque esta es la clave para alcanzar el éxito y sentirse motivados, seguros y listos para la dinámica del diario vivir. El tener la autoestima alta le ayudará a sentirse mejor, ser personas especiales y demostrar seguridad en si mismo. Sólo usted puede hacer la diferencia.
Por: Carmen Joan Pizarro Rosario
14 de marzo de 2007 21:38
Naty dijo...
Ofendemos a quienes queremosEso suele ocurirle mucho a todos los seres humanos y la razon es que no somos perfectos.Debemos de tratar de no ofender, primero pensar antes de actuar. Muchas veces nosotros pasamos un mal rato y cuando llegamos a nuestra casa nos las desquitamos con algun ser querido en vez de ponerle alto a la situacion y hablar de frente con el del problema. Debemos de no ser inconcientes y tratar de analizar lo que quieras decir antes de que se cometa algun error del que luego te puedas arrepentir y sea demasiado tarde.
15 de marzo de 2007 7:47
Comentario suprimido
El autor ha eliminado esta entrada.
15 de marzo de 2007 20:48
Nancy Vélez dijo...
Carmen Joan Pizarro:Es un placer poder saludarte y a la vez me pongo a tu disposición. Estoy de acuerdo contigo de que nos necesitamos. Si todos navegamos en una misma dirección llegaremos a puerto seguro. Me gusta el trabajo en equipo porque se aprende mucho de los demás. Es tanta la diversidad y poder enfocarse en un solo propósito no es tarea fácil, pero es posible hacerlo y lograrlo.Cuando los hombres se ponen de acuerdo en un solo propósito pueden alcanzar lo que quieran. Recuerdo “la Torre de Babel” donde fue un trabajo en equipo y querían construir la torre que llegara hasta el cielo. Nos registran las Sagradas Escrituras que miró Dios que no claudicarían de su sentir y dijo “descendamos y confundamos sus lenguas para que no logren su propósito”. No era la perfecta voluntad de Dios que se realizara dicha estructura. El fin no era bueno. Se unieron como equipo y si Dios no confunde las lenguas, su obstinación sería cumplida.Se aprende a compartir con otros. Las ideas se canalizan sin dejar ni una afuera porque la opinión de todos es importante. No podemos ser sabios en nuestra propia opinión. Aprender a escuchar a los demás…es sumamente interesante. La gente necesita ser atendida y escuchada. Cuando nacimos, no nacimos solos. Fue un trabajo en equipo. Si queremos llegar al cielo necesitamos despojarnos de nosotros mismos y ayudar a todos los que nos rodean. Desde aquél que no nos mira con buenos ojos hasta el niño….todos somos importantes dentro de la viña del Señor.Quizás te preguntarás cómo puedo ayudar a alguien. La necesidad toca a tu puerta. Tan solo escucha su voz y ábrele tu corazón. Encontrarás que manos sedientas esperan un saludo o una sonrisa. Son muchos los que no pueden sonreir y a los que su manantial interno no hay ni una gota de amor. Dios puede llenar tu corazón de amor para que juntos llenemos este mundo de su eterno amor. Hay mucha tristeza, angustia y dolor. Resplandece en medio del dolor con la esperanza de que Dios hará lo imposible, posible en cada corazón que busca su rostro en espíritu y en verdad. La paz del Señor sea sobre ti y los tuyos.Nancy Vélez
15 de marzo de 2007 20:55
yolanda dijo...
Ofendemos a otros con tanta felicidad, que con gestos, miradas y hasta simplemente nuestro silencio, con todo esto y más podemos ofender. Nos ofendemos en ocasiones a nosotros mismos, y nosotros tendemos por la propia naturalez, tener algo de lo que llaman, amor propio. Ofender hoy día para algunos se ha convertido en un arte o una forma de vida, ya que al no saber arrepentirse lo hacen hasta inconscientemente. Lo triste es que tendemos a ofender más a nuestros seres queridos, quizás porque tenemos confianza y somos tan arrogantes y soberbios que creemos lo sabemos todo. Estas ofensas en su mayoría se dan, ante la inhabilidad de saber escuchar las razones y planteamientos de los demás. No escuchamos, creemos que lo sabemos todo.Que fácil se nos hace ofender y cuán difícil es pedir perdón, o aceptar las disculpas de otro. El mal radica muchas veces en la ausencia del amor de Dios en el calor del hogar. Dios en su eterna sabiduría aumenta la calidad de este sentimiento en nuestros corazones, y con ese amor reconocemos el momento adecuado para decir las cosas y como decirlas, sin necesidad de ofender. Debemos aprender de una vez por todas, la siguiente regla, los problemas y tensiones del trabajo se “cuelgan en un clavo” a la entrada de la casa cuando llegamos y viceversa. De esa manera la relación en el hogar es más armoniosa. Esto me recuerda a un compañero de trabajo llamado William él no soportaba al jefe y cuando llegaba a su casa, su perrita le movía la cola y furioso la agarraba y le caía a golpes. William, que en paz descanse, quizás alguna vez la llegó a querer. Otros en Puerto Rico hacen lo que hacía William, pero con su familia, y esto sí que es de lamentar.Aquellas personas que se estiman en algo, tienen el buen juicio de procurar no ofender a los demás y mucho menos a los que aman. El problema de la persona cuya autoestima en pobre, difícilmente puede conocer la manera de evitar las ofensas. Son muchas las cualidades a cultivar, buenas cualidades, para aprender a vivir sin ofender.
19 de marzo de 2007 18:36
Doris Vilma Rodríguez dijo...
Ofendemos a quien queremosEl significado de la palabra ofender es hacer o decir algo que molesta. En otras palabras es demostrar desprecio hacia alguien. La forma en como nos dirigimos muchas veces hacia nuestros seres querido no es la correcta. En ocasiones nos sentimos con estrés o presiones en el trabajo y nos desquitamos con las personas que más amamos y que no es culpable de lo que nos sucede. En ocasiones ante continuas ofensas las personas llegan a hacer de ese modo de proceder una costumbre. Pierden el respeto hacia los seres que aman y en ocasiones hacia si mismos. En otros casos, se arrepienten luego de arremeter contar el ser que se quiere y piden disculpas continuamente. El problema está en que a pesar de que la mayoría de las veces el perdón existe y la relación se reanuda, en otras los resultados son devastadores. Perder el respeto, amor y confianza de un ser querido les destruye y levantarse es difícil. Lograr ganar el respeto y la confianza nuevamente después que se ha perdido no es tarea fácil. Comienzan las depresiones, lo que les lleva a sentir que su vida no tiene valor. Comparto tu modo de pensar y estoy de acuerdo en que muchas veces las personas que lanzan ofensas constantemente contra sus seres queridos es debido a que no se valoran así mismos. Son personas de poco espíritu y con baja autoestima. La poca autoestima o la perdida total de está es perjudicial no solo para el individuo, sino también para los que le rodean. Si conoces alguna persona que tiene este problema te aconsejo que le ayudes. Si no puedes ayudar busca quien pueda hacerlo. Las personas que mantienen una vida conflictiva muchas veces terminan su vida en un desenlace fatal. No eres maestra por lo que no vives estas situaciones a diario en un salón, pero es posible que en tu trabajo encuentres personas con baja autoestima o que promueven conflictos constantemente. En todas las facetas de nuestra vida encontramos situaciones ante las que tenemos que lidiar. Muchas veces los conflictos se presentan en contra de nuestra persona con individuos cercanos a nosotros. Lo importante es mantener una postura de clama ante la adversidad y pensar antes de actuar.
19 de marzo de 2007 19:37
Andrés Rodríguez dijo...
Ofendemos a quien queremos.Saludos Carmen:Ya he realizado comentarios sobre el tema y he leído unos cuantos. Coincidimos en que los seres humanos somos seres bien complejos y muchas veces no entendemos nuestro comportamiento. Hacemos cosas al instante que al rato nos arrepentimos, pero ya el daño está hecho. Lo triste del caso es que cuando le hacemos daño a una persona por medio de una ofensa es a un ser querido. Como dijo Doris en un comentario que hizo, es que las personas que queremos son las que están siempre a nuestro lado recibiendo nuestra descarga ofensiva. Además, existen muchas formas de ofender a alguien, una broma de mal gusto, un gesto, un comentario fuera de lugar, una mirada intimidante y así sucesivamente. Casi siempre las personas que ofendemos son aquellas con las cuales compartimos más tiempo ya que son las que más expuestas están a nuestro comportamiento. Por ejemplo, en nuestro lugar de trabajo vivimos muchos momentos de tensión y muchas veces tenemos que respirar hondo y contar hasta mil para evitar roces con los compañeros. Los estudiantes también nos sacan de contexto y tenemos que hablarle fuerte y mostrarle mal carácter. Lo importante de todo esto es que debemos ser como los niños, no guardar rencor a nadie. Si ofendemos a alguien pidámosle disculpas y digámosle que somos humanos y que a veces nos equivocamos. Si queremos vivir tranquilos sin ofender a alguien, pues entonces vivamos nuestra vida y no la de los demás. Hay personas que se pasan llevando y trayendo bochinches y lo que consiguen con esto es alterar a los demás provocando situaciones que pueden terminar en ofensas. Conozco muchos casos en los cuales hay personas que han hecho un comentario pensando que no le han provocado daño a nadie y no es así, han ofendido. Por eso, cuando vamos a hablar tenemos que pensar bien lo que vamos a decir, ya que podemos ofender sin darnos cuenta. Lo mejor que podemos hacer para no ofender a alguien es vivir la vida tranquilo sin hacer mucho caso a los comentarios de los demás y ser responsables en nuestro trabajo y cumplir con nestras funciones.
21 de marzo de 2007 19:17
Carolina Calzada dijo...
Ofendemos a quienes queremos.Algunas personas tienen la habilidad de predecir lo que otras harán, pensarán o dirán. Este ámbito es fácil predecirlo; sin embargo, descifrar el porqué de las acciones humanas es un misterio.Nosotros los humanos somos entes muy sentimentales, y como dicen por ahí desde que Pandora abrió la caja tenemos muchos sentimientos algunos positivos y otros negativos. Dentro de estos sentimientos negativos se encuentra la ira. Por culpa de la ira se han cometido muchas injusticias, crímenes y catástrofes en la humanidad.Cuántas veces al día nos peleamos con nuestros seres queridos por tonterías o por un resentimiento e ira hacia un familiar se han cometido asesinatos. La razón es simple; la ira provoca que la parte racional del cerebro se bloquee y se tomen decisiones erróneas. Una vez pasada la tormenta de adrenalina es que la razón vuelve a funcionar, pero ya es muy tarde; hemos ofendido y cometido un error del cual nos arrepentiremos toda una vida.Yo me pregunto ¿qué pasa con nosotros que al darnos cuenta de nuestro error no hacemos nada para remediarlo? Jesús nos enseño que debemos perdonar setenta veces siete, mas no lo hacemos. Cuando la ira nos invade no nos importa nada, sólo salir lo mejor posible nosotros de la situación y los demás que se fastidien, no nos importa. Hay veces que no pedimos perdón por no demostrar “debilidad” o por ser demasiados orgullosos.Una buenísima manera de solucionar estas situaciones es con una buena respiración. Cuando tengas ira respira hondo, distrae tu mente del epicentro de la ira y dialoga la situación, tampoco se debe salir de la situación sin solucionarla ya que esa acción nos llenará más todavía de ira y no podremos romper el ciclo vicioso.Somos humanos y al ofender a alguien, quien quiera que sea, dejaremos huellas profundas en esa persona. Heridas que toman años en sanar pero que con ayuda de Dios y disposición de nosotros podemos sanar y evitar.
21 de marzo de 2007 19:26
Maggie dijo...
Que mal nos sentimos con nosotros mismos cuando nos enfadamos con las personas que más queremos. En ocasiones por el exceso de confianza con ellos no medimos lo que decimos o hacemos. También en ocasiones es por que sabemos que esa persona nos quiere tanto que pensamos que siempre nos perdonará, no importa lo que les hagamos. Cuando ofendemos a alguien que queremos nos genera problemas internos si realmente lo queremos y a su vez crea cotrovercia entre ambos y hasta la gente que estaban alrededor cuando ofendemos. Como personas de respeto debemos aprender a controlarnos pues nuestras reacciones sin control nos podemos arrepentir pues esto nos puede afectar por el resto de nuestras vidas. Es posible como dices que el diálogo no fluya como debiera ser y no podamos resolver los conflicto pero siempre se debe intentar e intentarlo con humildad y controlando nuestros impulsos. Siempre como dices buscamos excusas lo cual es usualmente por falta de humildad y de no querer enfrentar la responsabilidad de nuestros actos. Entre las excusas más frecuentes como tu dices están las siguientes: es que no entiendes lo que quiero decir, no me comprendes y piensas que yo no se nada, crees que lo sabes todo, yo se lo que te estoy diciendo, tú no sabes nada. Ante un conflicto lo más fácil es tratar de buscarle justificaciones a la que hicimos. La mayoría de las veces actuamos a la defensiva. La mayoría piensa que lo único correcto es lo que dicen y no toleran las diferencias con las otras personas. Vivimos en una sociedad donde todos quieren tener el poder absoluto aunque sean familia no aceptan las diferencias lo sienten como competencias. Que triste es pensar que en nuestra sociedad exista tanto egocentrismo. Que muchos seres humanos han perdido el respeto por sus semejantes y prefieren ofenderlos antes que respetar su punto de vista y que muchas personas se les a olvidado como pedir perdón.En ocasiones esto se ve en nuestros salones de clases cuando a la primera que alguien dice algo todos le caen encima y lo humillan y a veces no solo sus compañeros sino los propios maestros supuesta figura de respeto y humildad. Triste pero real, y después queremos que tengan la autoestima alta.Nos tenemos que decidir a hacer el cambio, a ser diferentes y especiales y así poder decir que las huellas que dejamos en nuestro camino nos han ayudado a crear el camino adecuado para nuestra otra vida. Sólo uno puede hacer la diferencia.
22 de marzo de 2007 9:06
Por: Carmen Joan Pizarro Rosario
14 de marzo de 2007 21:38
Naty dijo...
Ofendemos a quienes queremosEso suele ocurirle mucho a todos los seres humanos y la razon es que no somos perfectos.Debemos de tratar de no ofender, primero pensar antes de actuar. Muchas veces nosotros pasamos un mal rato y cuando llegamos a nuestra casa nos las desquitamos con algun ser querido en vez de ponerle alto a la situacion y hablar de frente con el del problema. Debemos de no ser inconcientes y tratar de analizar lo que quieras decir antes de que se cometa algun error del que luego te puedas arrepentir y sea demasiado tarde.
15 de marzo de 2007 7:47
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El autor ha eliminado esta entrada.
15 de marzo de 2007 20:48
Nancy Vélez dijo...
Carmen Joan Pizarro:Es un placer poder saludarte y a la vez me pongo a tu disposición. Estoy de acuerdo contigo de que nos necesitamos. Si todos navegamos en una misma dirección llegaremos a puerto seguro. Me gusta el trabajo en equipo porque se aprende mucho de los demás. Es tanta la diversidad y poder enfocarse en un solo propósito no es tarea fácil, pero es posible hacerlo y lograrlo.Cuando los hombres se ponen de acuerdo en un solo propósito pueden alcanzar lo que quieran. Recuerdo “la Torre de Babel” donde fue un trabajo en equipo y querían construir la torre que llegara hasta el cielo. Nos registran las Sagradas Escrituras que miró Dios que no claudicarían de su sentir y dijo “descendamos y confundamos sus lenguas para que no logren su propósito”. No era la perfecta voluntad de Dios que se realizara dicha estructura. El fin no era bueno. Se unieron como equipo y si Dios no confunde las lenguas, su obstinación sería cumplida.Se aprende a compartir con otros. Las ideas se canalizan sin dejar ni una afuera porque la opinión de todos es importante. No podemos ser sabios en nuestra propia opinión. Aprender a escuchar a los demás…es sumamente interesante. La gente necesita ser atendida y escuchada. Cuando nacimos, no nacimos solos. Fue un trabajo en equipo. Si queremos llegar al cielo necesitamos despojarnos de nosotros mismos y ayudar a todos los que nos rodean. Desde aquél que no nos mira con buenos ojos hasta el niño….todos somos importantes dentro de la viña del Señor.Quizás te preguntarás cómo puedo ayudar a alguien. La necesidad toca a tu puerta. Tan solo escucha su voz y ábrele tu corazón. Encontrarás que manos sedientas esperan un saludo o una sonrisa. Son muchos los que no pueden sonreir y a los que su manantial interno no hay ni una gota de amor. Dios puede llenar tu corazón de amor para que juntos llenemos este mundo de su eterno amor. Hay mucha tristeza, angustia y dolor. Resplandece en medio del dolor con la esperanza de que Dios hará lo imposible, posible en cada corazón que busca su rostro en espíritu y en verdad. La paz del Señor sea sobre ti y los tuyos.Nancy Vélez
15 de marzo de 2007 20:55
yolanda dijo...
Ofendemos a otros con tanta felicidad, que con gestos, miradas y hasta simplemente nuestro silencio, con todo esto y más podemos ofender. Nos ofendemos en ocasiones a nosotros mismos, y nosotros tendemos por la propia naturalez, tener algo de lo que llaman, amor propio. Ofender hoy día para algunos se ha convertido en un arte o una forma de vida, ya que al no saber arrepentirse lo hacen hasta inconscientemente. Lo triste es que tendemos a ofender más a nuestros seres queridos, quizás porque tenemos confianza y somos tan arrogantes y soberbios que creemos lo sabemos todo. Estas ofensas en su mayoría se dan, ante la inhabilidad de saber escuchar las razones y planteamientos de los demás. No escuchamos, creemos que lo sabemos todo.Que fácil se nos hace ofender y cuán difícil es pedir perdón, o aceptar las disculpas de otro. El mal radica muchas veces en la ausencia del amor de Dios en el calor del hogar. Dios en su eterna sabiduría aumenta la calidad de este sentimiento en nuestros corazones, y con ese amor reconocemos el momento adecuado para decir las cosas y como decirlas, sin necesidad de ofender. Debemos aprender de una vez por todas, la siguiente regla, los problemas y tensiones del trabajo se “cuelgan en un clavo” a la entrada de la casa cuando llegamos y viceversa. De esa manera la relación en el hogar es más armoniosa. Esto me recuerda a un compañero de trabajo llamado William él no soportaba al jefe y cuando llegaba a su casa, su perrita le movía la cola y furioso la agarraba y le caía a golpes. William, que en paz descanse, quizás alguna vez la llegó a querer. Otros en Puerto Rico hacen lo que hacía William, pero con su familia, y esto sí que es de lamentar.Aquellas personas que se estiman en algo, tienen el buen juicio de procurar no ofender a los demás y mucho menos a los que aman. El problema de la persona cuya autoestima en pobre, difícilmente puede conocer la manera de evitar las ofensas. Son muchas las cualidades a cultivar, buenas cualidades, para aprender a vivir sin ofender.
19 de marzo de 2007 18:36
Doris Vilma Rodríguez dijo...
Ofendemos a quien queremosEl significado de la palabra ofender es hacer o decir algo que molesta. En otras palabras es demostrar desprecio hacia alguien. La forma en como nos dirigimos muchas veces hacia nuestros seres querido no es la correcta. En ocasiones nos sentimos con estrés o presiones en el trabajo y nos desquitamos con las personas que más amamos y que no es culpable de lo que nos sucede. En ocasiones ante continuas ofensas las personas llegan a hacer de ese modo de proceder una costumbre. Pierden el respeto hacia los seres que aman y en ocasiones hacia si mismos. En otros casos, se arrepienten luego de arremeter contar el ser que se quiere y piden disculpas continuamente. El problema está en que a pesar de que la mayoría de las veces el perdón existe y la relación se reanuda, en otras los resultados son devastadores. Perder el respeto, amor y confianza de un ser querido les destruye y levantarse es difícil. Lograr ganar el respeto y la confianza nuevamente después que se ha perdido no es tarea fácil. Comienzan las depresiones, lo que les lleva a sentir que su vida no tiene valor. Comparto tu modo de pensar y estoy de acuerdo en que muchas veces las personas que lanzan ofensas constantemente contra sus seres queridos es debido a que no se valoran así mismos. Son personas de poco espíritu y con baja autoestima. La poca autoestima o la perdida total de está es perjudicial no solo para el individuo, sino también para los que le rodean. Si conoces alguna persona que tiene este problema te aconsejo que le ayudes. Si no puedes ayudar busca quien pueda hacerlo. Las personas que mantienen una vida conflictiva muchas veces terminan su vida en un desenlace fatal. No eres maestra por lo que no vives estas situaciones a diario en un salón, pero es posible que en tu trabajo encuentres personas con baja autoestima o que promueven conflictos constantemente. En todas las facetas de nuestra vida encontramos situaciones ante las que tenemos que lidiar. Muchas veces los conflictos se presentan en contra de nuestra persona con individuos cercanos a nosotros. Lo importante es mantener una postura de clama ante la adversidad y pensar antes de actuar.
19 de marzo de 2007 19:37
Andrés Rodríguez dijo...
Ofendemos a quien queremos.Saludos Carmen:Ya he realizado comentarios sobre el tema y he leído unos cuantos. Coincidimos en que los seres humanos somos seres bien complejos y muchas veces no entendemos nuestro comportamiento. Hacemos cosas al instante que al rato nos arrepentimos, pero ya el daño está hecho. Lo triste del caso es que cuando le hacemos daño a una persona por medio de una ofensa es a un ser querido. Como dijo Doris en un comentario que hizo, es que las personas que queremos son las que están siempre a nuestro lado recibiendo nuestra descarga ofensiva. Además, existen muchas formas de ofender a alguien, una broma de mal gusto, un gesto, un comentario fuera de lugar, una mirada intimidante y así sucesivamente. Casi siempre las personas que ofendemos son aquellas con las cuales compartimos más tiempo ya que son las que más expuestas están a nuestro comportamiento. Por ejemplo, en nuestro lugar de trabajo vivimos muchos momentos de tensión y muchas veces tenemos que respirar hondo y contar hasta mil para evitar roces con los compañeros. Los estudiantes también nos sacan de contexto y tenemos que hablarle fuerte y mostrarle mal carácter. Lo importante de todo esto es que debemos ser como los niños, no guardar rencor a nadie. Si ofendemos a alguien pidámosle disculpas y digámosle que somos humanos y que a veces nos equivocamos. Si queremos vivir tranquilos sin ofender a alguien, pues entonces vivamos nuestra vida y no la de los demás. Hay personas que se pasan llevando y trayendo bochinches y lo que consiguen con esto es alterar a los demás provocando situaciones que pueden terminar en ofensas. Conozco muchos casos en los cuales hay personas que han hecho un comentario pensando que no le han provocado daño a nadie y no es así, han ofendido. Por eso, cuando vamos a hablar tenemos que pensar bien lo que vamos a decir, ya que podemos ofender sin darnos cuenta. Lo mejor que podemos hacer para no ofender a alguien es vivir la vida tranquilo sin hacer mucho caso a los comentarios de los demás y ser responsables en nuestro trabajo y cumplir con nestras funciones.
21 de marzo de 2007 19:17
Carolina Calzada dijo...
Ofendemos a quienes queremos.Algunas personas tienen la habilidad de predecir lo que otras harán, pensarán o dirán. Este ámbito es fácil predecirlo; sin embargo, descifrar el porqué de las acciones humanas es un misterio.Nosotros los humanos somos entes muy sentimentales, y como dicen por ahí desde que Pandora abrió la caja tenemos muchos sentimientos algunos positivos y otros negativos. Dentro de estos sentimientos negativos se encuentra la ira. Por culpa de la ira se han cometido muchas injusticias, crímenes y catástrofes en la humanidad.Cuántas veces al día nos peleamos con nuestros seres queridos por tonterías o por un resentimiento e ira hacia un familiar se han cometido asesinatos. La razón es simple; la ira provoca que la parte racional del cerebro se bloquee y se tomen decisiones erróneas. Una vez pasada la tormenta de adrenalina es que la razón vuelve a funcionar, pero ya es muy tarde; hemos ofendido y cometido un error del cual nos arrepentiremos toda una vida.Yo me pregunto ¿qué pasa con nosotros que al darnos cuenta de nuestro error no hacemos nada para remediarlo? Jesús nos enseño que debemos perdonar setenta veces siete, mas no lo hacemos. Cuando la ira nos invade no nos importa nada, sólo salir lo mejor posible nosotros de la situación y los demás que se fastidien, no nos importa. Hay veces que no pedimos perdón por no demostrar “debilidad” o por ser demasiados orgullosos.Una buenísima manera de solucionar estas situaciones es con una buena respiración. Cuando tengas ira respira hondo, distrae tu mente del epicentro de la ira y dialoga la situación, tampoco se debe salir de la situación sin solucionarla ya que esa acción nos llenará más todavía de ira y no podremos romper el ciclo vicioso.Somos humanos y al ofender a alguien, quien quiera que sea, dejaremos huellas profundas en esa persona. Heridas que toman años en sanar pero que con ayuda de Dios y disposición de nosotros podemos sanar y evitar.
21 de marzo de 2007 19:26
Maggie dijo...
Que mal nos sentimos con nosotros mismos cuando nos enfadamos con las personas que más queremos. En ocasiones por el exceso de confianza con ellos no medimos lo que decimos o hacemos. También en ocasiones es por que sabemos que esa persona nos quiere tanto que pensamos que siempre nos perdonará, no importa lo que les hagamos. Cuando ofendemos a alguien que queremos nos genera problemas internos si realmente lo queremos y a su vez crea cotrovercia entre ambos y hasta la gente que estaban alrededor cuando ofendemos. Como personas de respeto debemos aprender a controlarnos pues nuestras reacciones sin control nos podemos arrepentir pues esto nos puede afectar por el resto de nuestras vidas. Es posible como dices que el diálogo no fluya como debiera ser y no podamos resolver los conflicto pero siempre se debe intentar e intentarlo con humildad y controlando nuestros impulsos. Siempre como dices buscamos excusas lo cual es usualmente por falta de humildad y de no querer enfrentar la responsabilidad de nuestros actos. Entre las excusas más frecuentes como tu dices están las siguientes: es que no entiendes lo que quiero decir, no me comprendes y piensas que yo no se nada, crees que lo sabes todo, yo se lo que te estoy diciendo, tú no sabes nada. Ante un conflicto lo más fácil es tratar de buscarle justificaciones a la que hicimos. La mayoría de las veces actuamos a la defensiva. La mayoría piensa que lo único correcto es lo que dicen y no toleran las diferencias con las otras personas. Vivimos en una sociedad donde todos quieren tener el poder absoluto aunque sean familia no aceptan las diferencias lo sienten como competencias. Que triste es pensar que en nuestra sociedad exista tanto egocentrismo. Que muchos seres humanos han perdido el respeto por sus semejantes y prefieren ofenderlos antes que respetar su punto de vista y que muchas personas se les a olvidado como pedir perdón.En ocasiones esto se ve en nuestros salones de clases cuando a la primera que alguien dice algo todos le caen encima y lo humillan y a veces no solo sus compañeros sino los propios maestros supuesta figura de respeto y humildad. Triste pero real, y después queremos que tengan la autoestima alta.Nos tenemos que decidir a hacer el cambio, a ser diferentes y especiales y así poder decir que las huellas que dejamos en nuestro camino nos han ayudado a crear el camino adecuado para nuestra otra vida. Sólo uno puede hacer la diferencia.
22 de marzo de 2007 9:06
8 comentarios:
Naty dijo...
Ofendemos a quienes queremos
Eso suele ocurirle mucho a todos los seres humanos y la razon es que no somos perfectos.
Debemos de tratar de no ofender, primero pensar antes de actuar. Muchas veces nosotros pasamos un mal rato y cuando llegamos a nuestra casa nos las desquitamos con algun ser querido en vez de ponerle alto a la situacion y hablar de frente con el del problema.
Debemos de no ser inconcientes y tratar de analizar lo que quieras decir antes de que se cometa algun error del que luego te puedas arrepentir y sea demasiado tarde.
15 de marzo de 2007 7:47
Nancy Vélez dijo...
Carmen Joan Pizarro:
Es un placer poder saludarte y a la vez me pongo a tu disposición. Estoy de acuerdo contigo de que nos necesitamos. Si todos navegamos en una misma dirección llegaremos a puerto seguro.
Me gusta el trabajo en equipo porque se aprende mucho de los demás. Es tanta la diversidad y poder enfocarse en un solo propósito no es tarea fácil, pero es posible hacerlo y lograrlo.
Cuando los hombres se ponen de acuerdo en un solo propósito pueden alcanzar lo que quieran. Recuerdo “la Torre de Babel” donde fue un trabajo en equipo y querían construir la torre que llegara hasta el cielo. Nos registran las Sagradas Escrituras que miró Dios que no claudicarían de su sentir y dijo “descendamos y confundamos sus lenguas para que no logren su propósito”. No era la perfecta voluntad de Dios que se realizara dicha estructura. El fin no era bueno. Se unieron como equipo y si Dios no confunde las lenguas, su obstinación sería cumplida.
Se aprende a compartir con otros. Las ideas se canalizan sin dejar ni una afuera porque la opinión de todos es importante. No podemos ser sabios en nuestra propia opinión. Aprender a escuchar a los demás…es sumamente interesante. La gente necesita ser atendida y escuchada.
Cuando nacimos, no nacimos solos. Fue un trabajo en equipo. Si queremos llegar al cielo necesitamos despojarnos de nosotros mismos y ayudar a todos los que nos rodean. Desde aquél que no nos mira con buenos ojos hasta el niño….todos somos importantes dentro de la viña del Señor.
Quizás te preguntarás cómo puedo ayudar a alguien. La necesidad toca a tu puerta. Tan solo escucha su voz y ábrele tu corazón. Encontrarás que manos sedientas esperan un saludo o una sonrisa. Son muchos los que no pueden sonreir y a los que su manantial interno no hay ni una gota de amor. Dios puede llenar tu corazón de amor para que juntos llenemos este mundo de su eterno amor. Hay mucha tristeza, angustia y dolor. Resplandece en medio del dolor con la esperanza de que Dios hará lo imposible, posible en cada corazón que busca su rostro en espíritu y en verdad. La paz del Señor sea sobre ti y los tuyos.
Nancy Vélez
15 de marzo de 2007 20:55
yolanda dijo...
Ofendemos a otros con tanta felicidad, que con gestos, miradas y hasta simplemente nuestro silencio, con todo esto y más podemos ofender. Nos ofendemos en ocasiones a nosotros mismos, y nosotros tendemos por la propia naturalez, tener algo de lo que llaman, amor propio. Ofender hoy día para algunos se ha convertido en un arte o una forma de vida, ya que al no saber arrepentirse lo hacen hasta inconscientemente. Lo triste es que tendemos a ofender más a nuestros seres queridos, quizás porque tenemos confianza y somos tan arrogantes y soberbios que creemos lo sabemos todo. Estas ofensas en su mayoría se dan, ante la inhabilidad de saber escuchar las razones y planteamientos de los demás. No escuchamos, creemos que lo sabemos todo.
Que fácil se nos hace ofender y cuán difícil es pedir perdón, o aceptar las disculpas de otro. El mal radica muchas veces en la ausencia del amor de Dios en el calor del hogar. Dios en su eterna sabiduría aumenta la calidad de este sentimiento en nuestros corazones, y con ese amor reconocemos el momento adecuado para decir las cosas y como decirlas, sin necesidad de ofender. Debemos aprender de una vez por todas, la siguiente regla, los problemas y tensiones del trabajo se “cuelgan en un clavo” a la entrada de la casa cuando llegamos y viceversa. De esa manera la relación en el hogar es más armoniosa. Esto me recuerda a un compañero de trabajo llamado William él no soportaba al jefe y cuando llegaba a su casa, su perrita le movía la cola y furioso la agarraba y le caía a golpes. William, que en paz descanse, quizás alguna vez la llegó a querer. Otros en Puerto Rico hacen lo que hacía William, pero con su familia, y esto sí que es de lamentar.
Aquellas personas que se estiman en algo, tienen el buen juicio de procurar no ofender a los demás y mucho menos a los que aman. El problema de la persona cuya autoestima en pobre, difícilmente puede conocer la manera de evitar las ofensas. Son muchas las cualidades a cultivar, buenas cualidades, para aprender a vivir sin ofender.
19 de marzo de 2007 18:36
Doris Vilma Rodríguez dijo...
Ofendemos a quien queremos
El significado de la palabra ofender es hacer o decir algo que molesta. En otras palabras es demostrar desprecio hacia alguien. La forma en como nos dirigimos muchas veces hacia nuestros seres querido no es la correcta. En ocasiones nos sentimos con estrés o presiones en el trabajo y nos desquitamos con las personas que más amamos y que no es culpable de lo que nos sucede.
En ocasiones ante continuas ofensas las personas llegan a hacer de ese modo de proceder una costumbre. Pierden el respeto hacia los seres que aman y en ocasiones hacia si mismos. En otros casos, se arrepienten luego de arremeter contar el ser que se quiere y piden disculpas continuamente. El problema está en que a pesar de que la mayoría de las veces el perdón existe y la relación se reanuda, en otras los resultados son devastadores. Perder el respeto, amor y confianza de un ser querido les destruye y levantarse es difícil. Lograr ganar el respeto y la confianza nuevamente después que se ha perdido no es tarea fácil. Comienzan las depresiones, lo que les lleva a sentir que su vida no tiene valor.
Comparto tu modo de pensar y estoy de acuerdo en que muchas veces las personas que lanzan ofensas constantemente contra sus seres queridos es debido a que no se valoran así mismos. Son personas de poco espíritu y con baja autoestima. La poca autoestima o la perdida total de está es perjudicial no solo para el individuo, sino también para los que le rodean. Si conoces alguna persona que tiene este problema te aconsejo que le ayudes. Si no puedes ayudar busca quien pueda hacerlo. Las personas que mantienen una vida conflictiva muchas veces terminan su vida en un desenlace fatal.
No eres maestra por lo que no vives estas situaciones a diario en un salón, pero es posible que en tu trabajo encuentres personas con baja autoestima o que promueven conflictos constantemente. En todas las facetas de nuestra vida encontramos situaciones ante las que tenemos que lidiar. Muchas veces los conflictos se presentan en contra de nuestra persona con individuos cercanos a nosotros. Lo importante es mantener una postura de clama ante la adversidad y pensar antes de actuar.
19 de marzo de 2007 19:37
Saludos Carmen:
Ya he realizado comentarios sobre el tema y he leído unos cuantos. Coincidimos en que los seres humanos somos seres bien complejos y muchas veces no entendemos nuestro comportamiento. Hacemos cosas al instante que al rato nos arrepentimos, pero ya el daño está hecho. Lo triste del caso es que cuando le hacemos daño a una persona por medio de una ofensa es a un ser querido. Como dijo Doris en un comentario que hizo, es que las personas que queremos son las que están siempre a nuestro lado recibiendo nuestra descarga ofensiva. Además, existen muchas formas de ofender a alguien, una broma de mal gusto, un gesto, un comentario fuera de lugar, una mirada intimidante y así sucesivamente. Casi siempre las personas que ofendemos son aquellas con las cuales compartimos más tiempo ya que son las que más expuestas están a nuestro comportamiento. Por ejemplo, en nuestro lugar de trabajo vivimos muchos momentos de tensión y muchas veces tenemos que respirar hondo y contar hasta mil para evitar roces con los compañeros. Los estudiantes también nos sacan de contexto y tenemos que hablarle fuerte y mostrarle mal carácter. Lo importante de todo esto es que debemos ser como los niños, no guardar rencor a nadie. Si ofendemos a alguien pidámosle disculpas y digámosle que somos humanos y que a veces nos equivocamos. Si queremos vivir tranquilos sin ofender a alguien, pues entonces vivamos nuestra vida y no la de los demás. Hay personas que se pasan llevando y trayendo bochinches y lo que consiguen con esto es alterar a los demás provocando situaciones que pueden terminar en ofensas. Conozco muchos casos en los cuales hay personas que han hecho un comentario pensando que no le han provocado daño a nadie y no es así, han ofendido. Por eso, cuando vamos a hablar tenemos que pensar bien lo que vamos a decir, ya que podemos ofender sin darnos cuenta. Lo mejor que podemos hacer para no ofender a alguien es vivir la vida tranquilo sin hacer mucho caso a los comentarios de los demás y ser responsables en nuestro trabajo y cumplir con nuestras funciones.
OFENDEMOS A QUIEN QUEREMOS
Que mal nos sentimos con nosotros mismos cuando nos enfadamos con las personas que más queremos. En ocasiones por el exceso de confianza con ellos no medimos lo que decimos o hacemos. También en ocasiones es por que sabemos que esa persona nos quiere tanto que pensamos que siempre nos perdonará, no importa lo que les hagamos. Cuando ofendemos a alguien que queremos nos genera problemas internos si realmente lo queremos y a su vez crea cotrovercia entre ambos y hasta la gente que estaban alrededor cuando ofendemos. Como personas de respeto debemos aprender a controlarnos pues nuestras reacciones sin control nos podemos arrepentir pues esto nos puede afectar por el resto de nuestras vidas. Es posible como dices que el diálogo no fluya como debiera ser y no podamos resolver los conflicto pero siempre se debe intentar e intentarlo con humildad y controlando nuestros impulsos.
Siempre como dices buscamos excusas lo cual es usualmente por falta de humildad y de no querer enfrentar la responsabilidad de nuestros actos. Entre las excusas más frecuentes como tu dices están las siguientes: es que no entiendes lo que quiero decir, no me comprendes y piensas que yo no se nada, crees que lo sabes todo, yo se lo que te estoy diciendo, tú no sabes nada. Ante un conflicto lo más fácil es tratar de buscarle justificaciones a la que hicimos. La mayoría de las veces actuamos a la defensiva. La mayoría piensa que lo único correcto es lo que dicen y no toleran las diferencias con las otras personas. Vivimos en una sociedad donde todos quieren tener el poder absoluto aunque sean familia no aceptan las diferencias lo sienten como competencias. Que triste es pensar que en nuestra sociedad exista tanto egocentrismo. Que muchos seres humanos han perdido el respeto por sus semejantes y prefieren ofenderlos antes que respetar su punto de vista y que muchas personas se les a olvidado como pedir perdón.
En ocasiones esto se ve en nuestros salones de clases cuando a la primera que alguien dice algo todos le caen encima y lo humillan y a veces no solo sus compañeros sino los propios maestros supuesta figura de respeto y humildad. Triste pero real, y después queremos que tengan la autoestima alta.
Nos tenemos que decidir a hacer el cambio, a ser diferentes y especiales y así poder decir que las huellas que dejamos en nuestro camino nos han ayudado a crear el camino adecuado para nuestra otra vida. Sólo uno puede hacer la diferencia.
Comentarios Sobre Ofendemos a Quien Queremos Carmen
Una de estas consecuencias es la dificultad para decir que no cuando uno piensa que debe hacerlo, ante peticiones que uno no desea aceptar. Da igual que sea la petición un tanto abusiva de un cliente, de un colaborador o de un hijo, nos cuesta negarnos. Es fácil de comprender. Ayer mismo vi. a un padre explicar a su hijo –que simplemente estaba retozando en un espacio público que si no era obediente no lo iban a querer ni él ni su madre. No hace demasiado era una madre la que arrastraba a su hijo, que en uso de su derecho más elemental no quería ir al colegio y le amenazaba con el mismo argumento.
Supongo que se hace cada vez menos, pero los que ahora estamos trabajando hemos sido educados mayoritariamente bajo esa amenaza de nuestros seres queridos. Pienso que la consecuencia frecuente es que seguimos actuando a nivel inconsciente, bajo el temor a esa amenaza, perder el afecto de los demás si no hacemos lo que ellos quieren. A esa amenaza se añade con frecuencia una baja autoestima. Es un problema muy extendido en todo nuestro entorno a juzgar por lo mucho que se publica sobre el tema. Esa baja autoestima quizá esté favorecida por la frecuencia con que se nos criticó o se nos dijo, de pequeños, que éramos malos o mentirosos, o se destacaron nuestros defectos; y lo poco que se ponderaron nuestras capacidades. Eso sí, se nos habló mucho de tener en cuenta nuestras limitaciones. La verdad es que el niño, adorable en unas ocasiones, es una fuente de problemas en otras. Eso lleva a que una parte de lo que llamamos educación tiene mucho de intento de domesticar socializar su comportamiento. De evitar sus desmanes.
Se nos ha intentado inculcar la humildad como virtud. Echa una ojeada a la definición que nos da el diccionario: “humildad: virtud que consiste en el conocimiento de nuestra bajeza y miseria y en obrar conforme a él. Bajeza de nacimiento. Sumisión, rendimiento. Modestia, timidez”.
Por Félix Morales
Ofendemos a quien queremos
La vida es muy complicada en todos los sentidos. Pero en lo sentimetal más aún. El estar enojado o haber pasado un mal rato, o un problema no enojamos y ofendemos a quien menos tiene la culpa. Hay entran nuestros seres queridos.
Hay que preguntarse "por qué" podemos pensar que como son nuestros seres queridos nos van a perdonar más facíl que un particular. En algunos casos no esas personas son más sensebles que un particular. No nos damos cuenta de eso y allí donde vienen los problemas y los enojos.
Existen familias que se enojan y han estado toda su vida enojado con algún familiar. No hay reconciliación ni perdon alguno.
Lo importante es reconcer que nos hemos equivocado y pedir una disculpa o un perdón. Somos seres humanos y tenemos el derecho de equivocarnos lo importante es reconocerlo y hacerlo con honestidad.
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